Mariano Melgar, versos patriotas.

  • Hace 2 años

Un poeta enamorado, enamorado de su patria

Alonso Rabí do Carmo: Profesor de Literatura y Sociedad en el Programa de Estudios Generales de la Universidad de Lima

Con Mariano Melgar comienza la literatura nacional, aunque nunca faltarán discusiones en torno a esta afirmación. Nació en Arequipa en 1790 y murió veinticinco años después, luego de ser apresado por el ejército realista al término de la batalla de Umachiri. Melgar era, pues, un patriota.

Fue una de las figuras fundadoras del roman-ticismo en el ámbito latinoamericano. Y fue romántico no solo por los temas que exploró en su poesía (el desgarramiento sentimental del yo y la expresión de lo nacional, entre ellos), sino, además, por pertenecer a esa estirpe de poetas que ofrecen su vida en plena juventud.

La importancia de Melgar descansa en varios factores. Uno de ellos es la visibilización de la tensa dinámica entre Lima y las provincias. Si bien la mayor parte de la literatura colonial se produjo en Lima, como observan varios críticos, los que se consideran los dos primeros poetas peruanos provienen del interior: Olmedo de Guayaquil y Melgar de Arequipa.

Para Wáshington Delgado (1984), fino lector de Melgar, su obra poética permite “distinguir varias facetas y diversas características esclare-cedoras del proceso histórico de nuestra literatura” (p. 97). En términos literarios, Melgar se mueve en varios frentes estéticos, en un rango que va del neoclacicismo al romanticismo.

Su romanticismo se define, como apuntamos ya, por su profundo amor por la patria y por esa temprana conciencia de la unión de vida y poesía que practica el joven arequipeño. Uno de sus grandes aportes, que lo liga también al espíritu romántico, es la asimilación del yaraví, descendiente del jarahui o haraui quechua, un género de tema amoroso y que hoy es funda-mental en la práctica musical de varias zonas andinas de nuestro país.

La poesía de Melgar ofrece al lector visiones de la experiencia amorosa que se expresan tanto bajo convenciones académicas y cultistas, como bajo parámetros populares. En él conviven el acade-micismo de ciertas formas poéticas y el vínculo con lo popular a través del yaraví. Esto ponía en evidencia un conflicto entre el occidenta-lismo y los elementos autóctonos al interior de nuestra tradición literaria, discusión que está aún lejos de culminar.

Estampilla con la imagen de Mariano Melgar (ca. 1900) Fuente: Shutterstock

La elegía “¿Por qué a verte volví, Silvia querida?” es una muestra de una escritura de cauce europeo, en endecasílabos de corte neoclásico: “Acaba, bravo mar, tu fuerte guerra; / isla sin puerto vuelve las ciudades; / y en una sola a mí con Silvia encierra. / ¡Favor, tinieblas, vientos, tempestades! / Pero, vil globo, profanado suelo, / ¿es imposible que de mí te apiades?”.

Uno de sus yaravíes, en cambio, muestra versos más cortos y una expresión amorosa mucho más diáfana, identificable con lo popular: “¡Ay, amor!, dulce veneno, /ay, tema de mi delirio, / solicitado martirio / y de todos males lleno”.

Melgar fue un poeta precursor. Libertario, romántico, patriota. Estando como estamos a puertas del bicentenario, no sería mala idea leer o releer sus versos.


REFERENCIAS

Delgado, W. (1984). Historia de la literatura republicana. Ediciones Rikchay Perú.Melgar, M. (2010). ¿Por qué a verte volví, Silvia querida? Biblioteca Virtual Universal. https://biblio-teca.org.ar/libros/142496.pdf

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